Es enviar un mensaje sabiendo que jamás recibirás la respuesta.
Así se siente ser el último sobreviviente.
El alma ardiendo a destiempo.
Es enviar un mensaje sabiendo que jamás recibirás la respuesta.
Así se siente ser el último sobreviviente.
Me urge escribir, pero en vez de palabras solo hay ruido, y las letras forman garabatos que se enredan en mis pensamientos. Y vuelvo a este lugar, mi lugar más oscuro, a arrojar estas piedras que cargo...
Piedras que hoy descarto por tediosas, pesadas y ásperas. Pero cuando más adelante en el tiempo regrese a este lugar y las vuelva a levantar, sé que debajo de ellas encontraré aquella vida que me recuerde cuál es el camino. Por eso y mucho más, siempre vuelvo a éste: mi lugar más oscuro.